Los entornos cambian, es su deber permanecer dinámicos y adaptables, esto podemos evidenciarlo en las ciudades, que se comportan como elementos vivos en constante transformación.
Al hablar de arquitectura a escala humana y espacios de trabajo centrados en el humano podemos encontrar puntos de encuentro en ambos discursos: buscan crear espacios que aumenten nuestro bienestar mental y físico; espacios reales dónde se crean interacciones y relaciones sinceras, que dan pie al tan buscado sentido de pertenencia que tanto quieren las ciudades como las empresas.
Los centros llenos de vida comercial, los parques de múltiples usos y usuarios, los jardines y plazas de mercado, los espacios de recreación y deporte… son algunos de los ejemplos de baterías que tiene la ciudad para permanecer llena de energía; tal vez no todos tengan cabida dentro de nuestras organizaciones, pero pueden darnos luces de lo que un espacio necesita para ser sostenible en el tiempo, no solo ecológicamente sino también socialmente.
Crear una infraestructura social no es sencillo, pero es posible si tienes los siguientes puntos en cuenta:
- Densidad y proximidad: debe haber un balance, planeación y buena distribución de los espacios. Mucha densidad crea caos y poca densidad puede crear la sensación de división entre las áreas de trabajo. Debemos priorizar la interacción cara a cara, sin hacerla una obligación.
- Espacios mixtos: la diversificación de las funciones en un mismo espacio crea lugares que inspiran y nos permiten salir de la monotonía. Además, estos lugares de encuentro, potencian la sensación de energía dentro de la organización. (en la ciudad vemos como los pisos de uso mixto abarcan un abanico de amplios colores, entre ellos comercial, residencial, recreativito, etc. Todo esto da vida a las ciudades.
- Espacios vivos: volver las distancias interesantes haciendo un buen uso de los pasillos, emplear diversos espacios abiertos o puntos verdes para la relajación y el descanso. No dejar a los espacios cargarse de inercia, brindar una función a cada rincón, así sea estética.
- Bienestar ambiental: otras acciones que podemos replicar de las ciudades con un enfoque sostenible es la capacidad de gestionar eficientemente su energía, disminuir su huella de carbono, aumentar los espacios verdes, las estrategias de ahorro o recolección de agua, entre otros. (estas acciones pueden brindar a la empresa beneficios tributarios).
Finalmente, los espacios no se construyen solos, en la arquitectura se emplean los imaginarios para hacer a las personas parte del proyecto que se va a llevar a cabo; tener en cuenta las intervenciones del equipo, aplicar la escucha activa y construir espacios que les permitan a los colaboradores tener cierto control sobre dónde y cómo trabajan, desde dónde se pueden conectar o si es el caso, desconectar. Son factores fundamentales para crear una comunidad organizacional autónoma y sostenible.
Lo importante es no volverse un espacio inerte dónde no haya vida ni fluya la energía, la idea de los espacios centrados en el humano, es que sean dinámicos, promuevan la diversidad y así aumenten las interacciones hasta crear una cultura de equipo, que tiene metas que convergen con las metas de la empresa.