En Vcomplementos nos preocupamos por el bienestar; es un pilar en nuestra misión de crear espacios laborales saludables para todos. Investigando, descubrimos dos tendencias de la arquitectura: la neuroarquitectura y la psicoarquitectura. Ambas nos invitan a prestar mayor atención a los espacios desde la relación psíquica y profunda que creamos con ellos.
Al igual que la arquitectura a escala humana, la psicoarquitectura centra su atención en el individuo que habitará el espacio y busca, fundamentalmente, mejorar su calidad de vida, intentando entender las necesidades individuales de cada persona para promover espacios cada vez más saludables.
Hablamos entonces de una arquitectura que promueva la tranquilidad, la creatividad y el equilibrio de nuestro sistema nervioso, en conjunto con mobiliario que revolucione la forma en la que experimentamos nuestros entornos.
Los espacios no son entidades estáticas o neutras
Los diseñamos, y estos responden según su identidad y finalidad. Acompañan la intención que ponemos en ellos. Por eso es importante, desde un comienzo, definir qué queremos sentir o, incluso, reconocer la vocación nata del espacio y potenciarla desde el diseño.
Así como hay personas vitamina, podemos diseñar espacios “vitamina” que nos nutran desde su materialidad y nos ayuden a crecer como profesionales y personas, respondiendo a nuestra lógica emocional y sensorial (la cual ha sido estudiada y se relaciona mucho con los materiales primarios que acompañaron nuestra evolución).
Los espacios nos afectan: nos ayudan a concentrar o nos drenan; permiten interacciones o generan barreras. Todo depende de cómo abordemos su naturaleza, estética y disposición. Un espacio debe ser pensado para servirnos; debe estar a disposición nuestra.
Así diseñamos espacios que conectan con las personas en VComplementos:
1) Escuchamos el ambiente
Antes de proponer soluciones, entendemos cómo se siente el espacio actual: ¿Qué emociones predominan? ¿Cómo impactan en quienes lo habitan?
2) Diseñamos con propósito
Cada elección —color, iluminación, materiales y forma— busca transmitir sensaciones positivas como calma, confianza o energía.
3) Creamos zonas con intención
No todo el espacio debe sentirse igual. Diseñamos áreas para concentrarse, colaborar o simplemente descansar.
4) Revisamos y mejoramos
Después de la implementación, evaluamos cómo se vive el espacio. El diseño es un proceso continuo que evoluciona con las personas.
El diseño emocionalmente consciente no es una tendencia. Es una necesidad.
Contáctanos y descubre cómo el diseño puede convertirse en un aliado para el bienestar de tu equipo y el éxito de tu empresa.